¡Siempre las mismas viejas preguntas!. ¿Por qué me siento vacío?, ¿Por qué me siento solo?, ¿Cuál es la razón de mi existir?, ¿Qué sucede después de la muerte?. Son preguntas tan grandes y básicas que muchos no las pueden ni siquiera enfrentar. ¿Qué hacen?. Sencillamente las racionalizan, intelectualizan, minimizan, anestesian… o simplemente pasan por alto el vacío del alma. El autor encara directamente las grandes preguntas de la vida y presenta algunas respuestas que realmente satisfacen. Más específicamente, presenta a una respuesta viviente, Jesucristo, y subraya la impresionante relevancia del mensaje cristiano a las preguntas que atormentado a toda persona